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El HON Circle hace historia: 20 años de bonitos recuerdos

Durante casi dos décadas, el HON Circle no ha sido solo un status, sino que ha representado un sentimiento de hogar que acompaña a los HON Circle Members por todo el mundo. Son los momentos especiales los que los conectan con los empleados de la compañía aérea y hacen del HON Circle una familia.

Aquí recopilamos una selección de historias de los últimos 20 años. Estas anécdotas son solo algunas de las muchas que hacen del HON Circle lo que es hoy: un grupo que va más allá de los viajes.

Más que VIP

“Como HON Circle Member he vivido algunas situaciones inolvidables en las que me sentí como una auténtica celebridad: por ser HON Circle Member, en Miami un empleado de Lufthansa me hizo pasar el control de pasaportes más rápidamente que al “Kaiser” Franz Beckenbauer, que se quedó mirando. En otra ocasión me permitieron subir a un avión de Austrian Airlines en el aeropuerto de JFK antes que a miembros del gobierno austriaco. 

Gracias a mis numerosos vuelos, la tripulación ya me conoce bien. Me resulta agradable y familiar que los empleados de Lufthansa sepan lo que necesito, incluso antes de que se lo diga”.

 

HON Circle Member desde hace 20 años

Si, Signore!

“En 2004 fui una de las primeras Personal Assitants en la nueva First Class Terminal de Frankfurt. Estaba un poco nerviosa porque, después de meses de práctica, por fin me estrenaba con pasajeros reales. Llegó un Porsche Cayenne con matrícula italiana. Me ofrecí para atender a ese pasajero y poner así en práctica mis conocimientos de italiano. Charlamos en italiano y yo estaba segura de que era un típico hombre de negocios de Milán. Sin embargo, mientras gestionábamos los trámites de entrada, me entregó su pasaporte alemán. Ambos nos reímos y, desde entonces, mantenemos muy buena relación”.

 

Maria Teresa P. R., empleada en la Lufthansa First Class Terminal de Frankfurt

Cheers!

“Hay un caballero que nunca sube a bordo sin su ‘champán para llevar’. Apenas pasa tiempo en la lounge, pero nos encanta verle aunque solo sea un momento. Su encantadora sonrisa y su actitud relajada siempre nos hacen sonreír. No se toma a sí mismo demasiado en serio y por eso resulta tan simpático. Siempre tenemos listo su ‘champagne para llevar’”.

 

Doris H., empleada en la Lufthansa First Class Lounge de Múnich

Pequeños gestos, gran impacto

“A menudo, los pequeños momentos son los que hacen que mi trabajo sea tan gratificante. Todavía recuerdo a la pequeña Sophia, que viajaba con su familia. Tenía solo cinco años y olvidó su querida mochila en la limusina cuando la llevamos desde la lounge al avión. Cuando la recuperamos, nos dimos cuenta de lo mucho que significaba para ella. Esa misma noche se la enviamos a su familia. Al día siguiente nos enteramos de lo contenta que se había puesto, y su padre nos dio las gracias por nuestro esfuerzo. Momentos como ese siempre me conmueven”.

 

Veronica L., empleada en la Lufthansa First Class Lounge de Múnich

¿Música sin discos?

“Muchos DJs solían viajar con nosotros con grandes estuches de discos que superaban la cantidad máxima de equipaje de mano. Una vez estaba atendiendo a un DJ muy conocido y nuestra conversación me distrajo tanto que olvidé etiquetar su maleta. El error no se detectó hasta que despegó el último vuelo a Londres, así que no era posible enviarla ese mismo día. Tenía miedo de haberle causado un grave problema, pero afortunadamente se lo tomó con calma. Se rio y dijo que ya tenía casi todo guardado en memorias USB, pero que aun así le gusta llevar algunos discos consigo. Sentí un enorme alivio. Eso sí, desde entonces lo compruebo todo dos veces”. 

 

Maria Teresa P. R., empleada en la Lufthansa First Class Terminal de Frankfurt

Patitos de colección

“Uno de nuestros pasajeros más fieles me otorgó el título honorario de ‘Encargada de los patitos’. Le aviso cada vez que sale un nuevo patito de First Class de edición limitada. Pero eso no es todo: siempre que nos vemos hablamos sobre su colección y nuestros diseños favoritos. Estoy encantada con mi título honorario”.

 

Mirjam S., empleada en la Lufthansa First Class Lounge de Múnich

De asistente a copiloto

“Nunca olvidaré uno de mis primeros días como asistente personal en la First Class Terminal de Frankfurt. De repente, un pasajero apareció en la entrada porque no encontraba el camino en coche. Le acompañé hasta su coche y, en lugar de darle indicaciones y volver a pie, me pidió que le hiciera de copiloto. Durante el trayecto le advertí varias veces que condujera despacio, porque iba bastante rápido. Cuando llegamos a la First Class Terminal y bajé del coche con el pasajero, mis compañeras se quedaron boquiabiertas. Incluso 20 años después, todavía nos reímos cuando nos vemos en la terminal”.

 

Simone R., empleada en la Lufthansa First Class Terminal de Frankfurt